Sicilia (20 - 29 Agoto 2009) - día 1

Aunque no fue lo que esperábamos, visitar Sicilia valió la pena.
Es la isla más grande del mediterráneo con una superficie de casi 28.000 km cuadrados y una población cercana a los 5 millones de habitantes.

Sabíamos que no nos daría tiempo en 10 días de recorrer la isla, así que ya llevábamos el itinerario planificado: 2 días en Catania, 5 en Taormina y 2 en Cefalú.
Nuestro vuelo salía a las 9:40 así que nos levantamos temprano, cogimos el metro a las 7 y nos fuimos al aeropuerto.
Al llegar a los mostradores de Iberia las colas para facturar con tarjeta de embarque ya impresas eran iguales o más largas que las de facturación normal y nos dispusimos a esperar (aunque tengo que reconocer que esta vez tenían bastante personal y no fue demasiado lento).
Esto es lo peor de la T4: que tienes que ir con muchísimo tiempo de antelación, sobre todo si vas a facturar.
Siempre hay mucha gente con grandes maletas y luego colas considerables para pasar los controles, sin contar con el tiempo que lleva llegar a la puerta de embarque pues las distancias son muy largas.
Después de sufrir un retraso nos subimos a un pequeño avión que ni siquiera tenía finger para entrar. 2 horas después estábamos en Sicilia, en un pequeño aeropuerto en el que las compañías de alquiler de coches están en un edificio situado a unos 500 m.
Hay que coger una "naveta" (un minubus) que hace el recorrido al parking y a las compañías de alquiler.
Allí esperamos una cola no muy larga en longitud pero sí en tiempo porque uno de los que estaba delante nuestro había solicitado un mercedes automático y le ofrecían uno de similares características que no legustaba, así que estuvo discutiendo un rato considerable.
Afortunadamente el Fiat Punto que nos dieron a nosotros estaba genial (todavía olía a nuevo).

Una vez en el coche nos dirigimos a Catania por una autopista cuyo firme no es el que se espera de una carretera de esas características, pero con poco tráfico.
Recorrimos cerca de 200 km atravesando un paisaje que recordaba a Castilla con sus amarillos, olivos desperdigados y grandes llanuras con suaves montañas a lo lejos hasta llegar a Catania.
Ahí nos dirigimos al hotel Nh Parco degli Aragonesi que estaba en dirección al aeropuerto (de hecho se oyen y ven los aviones al despegar y aterrizar).
El hotel no se parece gran cosa a la foto de internet salvo las habitaciones (el exterior aparece bastante más desconchado que las fotos de la web e incluso la piscina es bastante más pequeña de lo que éstas insinúan).
Nada más llegar fuimos a ver la playa que tampoco nos causó muy buena impresión (tumbonas muy juntas, arena oscura, agua sucia ...) y, después de pegarnos un bañito en la piscina nos acercamos a conocer el centro de Catania, la segunda ciudad más grande de la isla.
Aparcamos cerca de la plaza del Duomo y ahí empezamos nuestra visita.

Aqui se encuentra la catedral barroca de Santa Agata.



Una de las cosas que más llama la atención de la plaza es la fuente del Elefante que parece inspirada en el elefante de la plaza de Minerva de Roma aunque en el caso de Catania, el elefante está esculpido en lava.



Continuamos nuestra ruta por las calles de Catania ........





y nos encontramos con un teatro romano,












uno griego




e incluso
un patio de entrada a una Universidad ....











Paseando por las calles del casco antiguo se nos hizo de noche y encontramos una maravillosa terraza donde comimos la mejor pizza del mundo mundial

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